martes, 22 de febrero de 2011

Elena Fortún











Elena Fortún, la creadora del famoso personaje de Celia, fue en realidad una mujer práctica por naturaleza, inteligente, feminista y valiente para la época. Siempre que los acontecimientos se lo permitieron, supo utilizar las circunstancias difíciles a su favor. En sus comienzos nada parecía señalar que se convertiría en una conocida escritora ni que durante una determinada época fue la autora más leída de España. Tampoco que acabaría siendo una exilada y que llegó a emplear su tiempo allí para seguir escribiendo y soñando a través de sus personajes, adaptando incluso los mismos a las costumbres en un país diferente del suyo. Vivió en Madrid, Canarias, San Roque, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Francia y Argentina.



Encarnación Aragoneses Urquijo nació en Madrid en 1885. Su padre era alabardero del rey, Leocadio Aragoneses, y aunque ella nació en Madrid, pasaba los veranos en el pueblo paterno de Abades, en casa de su abuelo Isidro, personaje en el que se basaría posteriormente para el abuelo de Celia y Cuchifritín. Segovia siempre se reflejaría como punto de nostalgia en su obra y el escenario de los veranos así como en momentos críticos de la vida de sus personajes. Encarna era una niña enfermiza, rubia, de pelo largo y tirabuzones que, como era habitual en la época, prácticamente no recibió estudios. Cuando cumplió los 14 años murió su padre y, debido a sus escasos recursos económicos, tan sólo podía aspirar a conseguir un buen matrimonio.



Un teniente de infantería aficionado a la literatura y que venía de África, Eugenio de Gorbea, la sacó finalmente del hogar familiar. Eusebio no era militar por vocación, lo que más amaba era la literatura. Era un hombre pacífico, intelectual, cariñoso y un futuro gran padre (el personaje del padre de Celia es parecido a él). Se casaron y tuvieron dos hijos, y, como él viajaba constantemente, Encarnación tenía mucho tiempo para dedicarse en cuerpo y alma a la vida infantil de sus retoños. Además, gracias a su nueva vida, Encarnación pudo tener acceso a ambientes intelectuales que la enriquecían y saciaban su constante curiosidad. Los mismos en los que pudo mostrar su gran talento e imaginación. En su faceta de madre ella paseaba a sus hijos en el parque de El Retiro, y allí charlaba con otras madres del barrio, e intercambiaban anécdotas. En unos cuadernos escolares anotaba estas charlas, diálogos e incluso añadía las ocurrencias más graciosas.



Era una mujer de una sensibilidad enorme, adicta a las ideas teosóficas, muy dada a las premoniciones y a la medicina natural. Su sensibilidad en estos temas se incrementó cuando, con apenas 11 años, murió su hijo pequeño, y ella intentó entrar en contacto con él a través de la "Ouija". Aunque era un dolor que nunca la abandonaría, el tiempo fue ayudándola a superar poco a poco su tristeza, un traslado a Canarias por razones profesionales de su marido supusieron para ella, un pequeño bálsamo para la tristeza y una nueva fuente de paz, Tenerife fue un lugar donde Encarna se fue tornando más feliz. Desgraciadamente, tiempo después su otro hijo perdió un ojo en un accidente de caza. Como el pobre chico no podía estudiar, Encarna le leía las lecciones, y en aquella cabecera de su cama despertó en ella una gran afición por aprender que afortunadamente no la abandonaría jamás.



Llena de proyectos y superando el dolor, Encarna comenzó a escribir, y gracias a la mediación de María Lejárraga y María Martínez Sierra (que habían leído los cuadernillos de Elena Fortún), se puso en contacto con Torcuato Luca de Tena, que incluyó en el suplemento de Gente Menuda personajes como el Mago Pirulo, don Opas y Roenueces. Utilizó su seudónimo del título de una obra de su marido "Los mil años de Elena Fortún" y posteriormente nació la inolvidable Celia. Pronto, las historias de esta niña graciosa, llena de gran imaginación, y cuyo sueño era ser titiritera y conocer a Barbazul, cuajaron entre los lectores infantiles de manera tal, que la editorial Aguilar se interesó por la obra. Así fueron viendo la luz títulos tan conocidos como "Celia, lo que dice", donde comienza reconociendo que ya tiene 7 años, la edad de la razón según los mayores, "Celia en el colegio", "Celia y sus amigos", "Celia novelista" o "Celia madrecita" con personajes tan entrañables como Maimón el Morito, Paulette, el hermano de Celia: Cuchifritín, su amigo Paquito, la gata Pirracas. Los veranos en Segovia y en la playa, el tío Rodrigo, aventurero y bohemio que acabó casado con la tía Lisson, hermana de Paulette, las primas gemelas Pili y Miss Fly, Matonkiki, Valeriana, la tía Julia... Sus libros eran leídos por cientos de niños españoles. Encarna se muestra encantada con su faceta hasta tal punto que escribe a una amiga: "Me compraré una buena radio, gastaré todo lo que necesite en libros y trabajaré en este mundo de Celia en el que vivo tantas horas al día que ya no sé si es verdad o es mentira". Y es que la autora estaba sumergida en el movimiento literario del realismo social, visto desde los ojos de una niña.



Encarna era por entonces una mujer feminista, republicana y de gran corazón que fue miembro de clubes y reuniones intelectuales femeninas. Su marido escribía también, pero no con el éxito de ella, que además, era quien mantenía a la familia. Después, se compró una casa con sus derechos de autor y estudió Biblioteconomía así como Filosofía y Letras. Trabajó en las revistas Cosmópolis, Crónica y Semana, y en las infantiles Macaco, El Perro, el Ratón y el Gato. Pero justo entonces estalló la Guerra Civil y sus personajes se hicieron eco del dolor. "Celia madrecita" era un libro triste que comenzaba con la muerte de su madre y que fue el último que escribió en España. "Lloré sobre mis catorce años que habían sido felices hasta la muerte de mi madre; mis tres cursos de bachillerato, que consideraba perdidos, y los pájaros de mi cabeza que aleteaban moribundos". (Celia madrecita).



Durante la guerra publicó un recetario de cocina para tiempos de hambruna. Por ejemplo, recomendaba freír la parte blanca de la cáscara de las naranjas hasta convertirla en patatas fritas o ponerlas en remojo para hacer tortillas.



Su matrimonio tampoco atravesaba los mejores momentos y pensó en divorciarse, pero Encarna decidió seguir la suerte de su marido, quien se había pasado a Francia y estaba en un campo de refugiados. Poco después recalaron en Buenos Aires donde ella continuó escribiendo gracias, en un comienzo, a la ayuda del magnate de la prensa Natalio Boltano. En Argentina, Encarna no duda en seguir dedicándose a su oficio de escritora: El escritor argentino Francisco Luis Bernárdez guardaba un recuerdo grato de ella siendo titular de la Dirección de Bibliotecas Públicas Municipales "[...] Un día al llegar a mi despacho de la casa central, me informaron acerca de la incorporación de una nueva empleada. [...] Era española, había cursado Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, y se llamaba Encarnación Aragoneses Urquijo de Gorbea. [...] había tenido que abandonar España por razones políticas relacionadas con la guerra civil. Por entonces nada más supe sobre mi nueva colaboradora, que de allí en adelante se distinguió por su eficacia en las tareas de fichado y catalogación que le fueron confiadas en la biblioteca matriz. "De hecho, el escritor Jorge Luis Borges y Elena Fortún coincidieron trabajando en la misma biblioteca: "[...] desde que pudo recibir regularmente la renta de sus libros renunció a su empleo, que no era ya en el Registro Civil, sino en una Biblioteca Municipal, cuyo director, acorralado por el peronismo, era Jorge Luis Borges."Cuando se abrió la posibilidad de que su marido fuera amnistiado, él le rogó que viajase en su nombre para negociar, pues ansiaba volver a su país. Pero ya en España, la tragedia volvió a perseguirla: solo, en Buenos Aires, él se suicidó. Los últimos años de Encarna fueron muy activos: siguió estudiando Filosofía y viajó a los EEUU, donde se exilió su hijo. De vuelta a España, siguió creando personajes, que no llegaron a tener el mismo encanto de Celia, pero que fueron muy queridos por los lectores como las hermanas de Celia, Patita y Mila, Piolín. Las historias de esta niña, recuperadas en 1992 para la televisión, fueron un resumen de la España de la época.



Encarnación murió de una enfermedad en 1952 en Madrid, rodeada de sus amigos y con sólo 66 años de edad. Pocos la recuerdan por su verdadero nombre, pero muchos la conocen por el seudónimo bajo el que se ocultaba una de las escritoras de literatura infantil más importantes de España: Elena Fortún. Su última obra, "Celia en la revolución", cuyo borrador data de 1943, permaneció inédita hasta 1987. Este libro supone un verdadero diario de guerra desde los ojos de una Celia más madura, partiendo de la querida Segovia, pasando por el Madrid del hambre, y las vicisitudes por Valencia y Barcelona y su huída por Francia, su reencuentro con Jorge ( aquel chico que se parecía a Gary Cooper) y con su amiga Fifina. Esta última obra se publicó en 1987 por la Editorial Aguilar, gracias a la ardua labor de la profesora Marisol Dorao, que ha investigado toda la vida y obra de esta autora y que recientemente ha recopilado valiosísima información sobre la obra de Elena Fortún en Latinoamérica, desconocida hasta ahora en España.





OBRAS:



El paseo de las Orugas (1928)



Celia, lo que dice (1929)



Celia en el colegio (1932)



Celia novelista (1934)



Celia en el mundo (1934)



Celia y sus amigos (1935)



Cuchifritín el hermano de Celia (1940)



Cuchifritín y sus primos (1940)



Cuchifritín en casa de su abuelo (1940)



Cuchifritín y Paquito (1940)



Las travesuras de Matonkikí (1940)



Matonkikí y sus hermanas (1939)



Celia madrecita (1939)



Celia institutriz (1944)



Patita y Mila estudiantes (1951)



La hermana de Celia. Mila y Piolín (1949)



Mila, Piolín y el burro (1950)



Celia se casa (Cuenta Mila)(1950)



Los cuentos que Celia cuenta a las niñas (1950)



Los cuentos que Celia cuenta a los niños (1951)



El bazar de todas las cosas



El arte de contar cuentos a los niños



Celia en la revolución (1987)




http://www.youtube.com/watch?v=7uBcTehMbhk&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=MMq_iLqIoLc



1 comentario:

  1. Está muy bien. Cuando incluyas biografías de autores, trata de resumir (o de escoger solo parte de la información) para que los datos interesantes que puedan ayudarte a entender su interés y su importancia no se pierdan entre otros de mucho menos valor.

    El vídeo que has incluido es el de la cabecera de la serie. A pesar de mostrar los dibujos de los libros, no aporta información sobre lo que nos interesa que es Celia (con su psicología infantil).
    Es mejor que incluyas cualquiera de estos dos para mostrar mejor las características del personaje:

    http://www.youtube.com/watch?v=IflnLKkXRhk

    http://www.youtube.com/watch?v=MMq_iLqIoLc

    ResponderEliminar